MARÍA VICTORIA NARANJO   ||   Montejaque  |  EL HACHO 41

En 1992, tras el fracaso del Plan de Paz, roto -como siempre- por Marruecos y ante la pasividad de la Comunidad Internacional, se inicia el programa “Vacaciones en Paz” Desde entonces, -durante los meses de verano-, pasan sus vacaciones niños y niñas saharauis en el territorio español, acogidos por familias. Un programa humanitario, uno de los más importantes de la sociedad civil española y, que continúa a pesar de las distintas crisis.

Pretendemos seguir profundizando en las relaciones de amistad del pueblo andaluz con el saharaui, para mejorar la calidad de vida, sanitaria y alimenticia, de la población infantil saharaui. No podemos olvidar que están obligados a sobrevivir exiliados juntos a sus familias (más de 200.000 personas), desde hace 45 años, en unos campamentos de refugiados, en lo más duro del desierto del Sahara.
Casi desde el comienzo del programa participé acogiendo niños saharauis todos los veranos, el último, BRAHÍM, lo acogí con 8 añitos y ahora es un joven de 18 años, sociable, cariñoso, maduro, que defiende su tierra con fuerza y lucha por su libertad; tiene madera de líder. Está totalmente integrado en mi familia, con mis amistades y con mi pueblo, Montejaque, que tanto añora. Vosotros lo conocéis.
A estos niños y niñas debemos agradecerles nuestra necesidad de visitar los campamentos de refugiados de Tinduf. Nada tiene que ver lo que me imaginé con lo que descubrí allí. Quedé “enganchada” desde mi primer viaje ¿Cómo se puede vivir día tras día en el desierto más inhóspito y duro, y durante 45 años día tras día en una pobreza tan extrema. No hay vegetación, no crece nada, las casas están construidas de tela (“jaima” le llaman), expuestos al inmenso frío del invierno y las elevadas temperaturas del verano que superan los 50º, donde el agua es escasísima, y la su única manera de sobrevivir es la cooperación y la ayuda internacional.
El Sahara Occidental es un país del Noroeste de África, con fronteras: por el norte Marruecos, al este Argelia, al sur Mauritania y al oeste el Océano Atlántico, frente a Canarias. Allí ha vivido el pueblo saharaui desde hace siglos. Son gente pacífica de raza bereber y árabe, un pueblo nómada que vivía del pastoreo de cabras y camellos y que fue colonizado por España.
Recordemos: El Gobierno del Rey de Marruecos, en Noviembre de 1975 organizó una “Marcha verde”. Una invasión cívico-militar, que originó una guerra en la que no sólo sus fuerzas armadas, el Polisario, sino el pueblo saharaui sufre bombardeos de Napalm por parte de Marruecos. Los combatientes y sus familias, perseguidos y torturados, se ven obligados a huir de sus casas y refugiase en el desierto argelino. Parte de la población saharaui se quedó allí y siguen siendo noticia las torturas y violaciones de los derechos humanos que sufren por parte del gobierno marroquí.

En el llamado “Acuerdo de Madrid” se reparten Mauritania y Marruecos el Sahara Occidental sin contar con ese pueblo saharaui. España se retira de la antigua colonia, abandonándolo y eludiendo su responsabilidad. Ese 1975 el príncipe Juan Carlos fue al Sáhara en visita oficial y Felipe González les prometió apoyo cuando gobernasen.
Después, los gobiernos “democráticos”, que han gobernado España, no han hecho nada por el pueblo saharaui, no asumen su responsabilidad histórica como “potencia colonizadora” que respete su autodeterminación como República Árabe Democrática Saharaui (RASD).
Su valiente y pequeño ejército, el Frente Polisario, después de 15 años de guerra, en 1991 firmó un PLAN DE PAZ: dejaba las armas a cambio de celebrar un referéndum de autodeterminación controlado por la ONU. España se comprometió a defender este Acuerdo. Ese referéndum nunca se ha celebrado por la negativa del reino de Marruecos.
Desde nuestra Asociación de solidaridad con el pueblo Saharaui, por la prensa, y a través del propio Brahím, con el que mantengo una comunicación

fluida, sé que un grupo de saharauis llevan varias semanas manifestándose de forma pacífica en el GUERGERAT, paso fronterizo liberado por el Polisario, para detener el tráfico de los camiones que roban los recursos naturales del Sáhara expoliados por el reino de Marruecos.
Si Marruecos, en zona desmilitarizada, ataca a los saharauis, el Frente Polisario responderá. España se verá involucrada en esa guerra porque como la legalidad internacional (ONU) declaró nulos ese Acuerdo de Madrid, es la potencia colonizadora la responsable y la encargada de asegurar el referéndum de autodeterminación del Sáhara.
El reino de Marruecos es culpable de esta situación, pero el hermano reino de España es responsable de estos 45 años de exilio.
¿Qué esperan la legalidad internacional, la ONU y el reino de Marruecos que hagan los saharauis si desde el mes de febrero el gobierno de Argelia tiene las fronteras cerradas a consecuencia de la pandemia, y no le llega la ayuda humanitaria? ¿Qué impotencia no sentirán cuando vean pasar los camiones solidarios llenos de alimentos para su país, y sus familias no puedan comer todos los días? ¿Por qué se les abandona? ¿Por qué se les deja solos? Siempre lo estuvieron. Resulta desesperante la actuación de Francia, Argelia, la ONU, y, sobre todo, España frente a la ignominia del gobierno marroquí.
En los campamentos de Tinduf los refugiados más jóvenes no dudan en presentarse como voluntarios para luchar en ese vergonzoso muro levantado por Marruecos y que separa el desierto argelino del Sahara Occidental, el segundo muro más largo del mundo, otro muro de la vergüenza rodeado de minas anti personas que separa a familias que llevan más de 45 años sin verse.
Por eso las familias de acogida estamos preocupadas. Lamentamos que esos niños y niñas que compartimos durante las vacaciones de verano, ahora se vean obligados, en una nueva guerra, a luchar en el frente. Nos cuentan sus sentimientos encontrados, son jóvenes, sin futuro, criados en el exilio y que ven una oportunidad para volver a su tierra .Por otro lado, sus padres, ahora mayores, después de tanto sufrimiento, sienten miedo… Aunque, en su intimidad, brota la esperanza de conseguir al fin un Sáhara libre. Conmueve su fe en que “se hará justicia”.

¡VIVA EL SAHARA LIBRE!