El curso escolar 2020/2021 comenzó con una gran incertidumbre para todos los miembros de la Comunidad Educativa.

Desde marzo de 2020 la vida en los centros educativos ha estado marcada por las circunstancias sanitarias que estamos viviendo a nivel mundial. En ese momento profesorado, alumnado y familias tuvimos que empezar a trabajar de
una forma diferente a la que nadie nos había enseñado y a la que no estábamos acostumbrados. Los inicios fueron muy difíciles, pero poco a poco fuimos llevando a cabo todas las tareas que teníamos encomendadas.

Durante el verano de ese año toda la información que nos llegaba para el inicio de curso estaba confusa, teníamos una gran incertidumbre de cómo sería la nueva vida en el Colegio.

Y llegó septiembre, y con él muchas cosas que preparar y muchos documentos que elaborar para que el alumnado se sintiera bien a la hora de afrontar las clases del nuevo curso. Todo era diferente a lo ya vivido en la escuela; protocolos, separaciones, mascarillas, geles, alfombrillas, patios divididos, entradas y salidas por distintas puertas… ¡un lío durante los primeros días!

Esto fue posible gracias al esfuerzo de todo el personal y del Ayuntamiento que nos proporcionó parte del material necesario; dispensadores de geles, personal
de limpieza (al que le agradecemos enormemente todo el trabajo realizado). Pero nuestro alumnado no se rendía y día tras día nos daban lecciones de que lo importante era estar bien e intentar no enfermar.

Las adversidades llegaban a diario, pero seguíamos al píe del cañón. Raro era el día que no teníamos que llamar a la enfermera de referencia para comentarle algún caso sospechoso que al final, por suerte, no se confirmaba.  Pero las gélidas temperaturas de nuestra comarca era otra de las preocupaciones. Las aulas tenían que tener una ventilación cruzada; ventanas y puertas abiertas durante todas las horas del día. Ante la llegada del invierno, las familias de la Asociación de Madres y Padres de nuestro Centro, se pusieron en contacto con el Alcalde, Diego Sánchez, para conseguir que en todas las aulas el alumnado pudiera tener un purificador de aire y así soportar mejor las altas temperaturas. Como siempre, la Corporación Local se puso a trabajar y en un corto espacio de tiempo estábamos disfrutando de tan ansiados aparatos.

Y así ha ido transcurriendo el año. Unos meses estábamos mejor y otros peor. Había momentos que creímos que tendríamos que volver a la educación no presencial, pero hemos resistido y cuando la situación era más difícil no apoyábamos unos en otros.