FRANCISCO NARANJO   ||   Montejaque   |   EL HACHO 42

Años atrás todos los paisanos de Montejaque, fuésemos del color político que fuésemos, nos sentíamos atenazados por la cuantiosa e incomprensible deuda que como una pesada mochila arrastrábamos.

En las postrimerías de la primera legislatura de Adia, Estaba yo buscando colmenillas, con mi socio José el de Paca la huerta y éste, me contó con detalles y datos sobre la gestión de la nueva corporación, que le había pasado su amigo José Ramírez Carrero, de cómo se estaba pagando la citada deuda y todos los puntos donde se estaba ahorrando, dichas palabras me confortaron y sentí que la mochila era un poco más liviana.
Una tarde me encontré con Diego y le dije: Cuenta conmigo en todo lo que respecta al pueblo.
El primer edil tomó nota y en las siguientes elecciones me incluyó en su lista y también en la siguiente.
Un día lúgubre, todo Montejaque se levanta esperando el alta de Carlos.
La pandemia con un terrible aletazo sustrajo de lo visible nuestro mayor recurso humano.
Dejándonos huérfanos de su infinita nobleza y abnegada transparencia.
Curiosamente una tarde de Marzo estaba en Monte espeso, con mi citado socio, cogiendo Gurumelos, cuando recibo la llamada de Diego, para decirme que me necesitaba en el equipo corporativo y, por orden de lista, podría ser concejal.

Le contesté que yo no estaba a la altura de tan gran pérdida, pero, que tenía la firme convicción de ayudar en lo que pudiese, a nuestro pueblo.

De esta forma el 8 de abril juré la constitución, y dediqué unas palabras lamentando el hecho de ser concejal por la pérdida de tan grande compañero. obteniendo el acta de concejal, con la bendición de mis compañeros de bancada y la abstención del grupo opositor.